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88 años de historia, formando los Oficiales de su Fuerza Aérea Colombiana

88 años de historia, formando los Oficiales de su Fuerza Aérea Colombiana

La Escuela Militar de Aviación “Marco Fidel Suárez”, donde se forman los héroes que llevan como símbolo emblemático el águila arpía, lleva el nombre de este memorable expresidente y con él, su impronta imborrable de humanismo e integridad. Su persistencia fue tan necesaria como oportuna para que naciera esta Institución en 1919, garante de la salvaguarda del territorio nacional.

Fue así como hace 102 años desde 1919, don Marco Fidel Suárez, un hombre de cuna humilde, pero de mente brillante, vislumbró la importancia de introducir la Aviación en Colombia como quinta arma del Ejército y creó la ley 126 el 31 de diciembre de 1919, que dio origen a la Escuela de Aviación en Colombia en Flandes Tolima; posteriormente, se trasladó a la Ciudad de Madrid Cundinamarca, hasta tomar asiento definitivo en la ciudad de Santiago de Cali.

En Cali no era difícil hallar un terreno plano que pudiera convertirse en campo de aterrizaje, el joven alemán Herbert Boy, encontró el más adecuado: la hacienda el Guabito y la hacienda Salomia. El Municipio convino comprar el terreno en $50.000, que pagaría en 5 cuotas anuales, pero el municipio se atrasó en los pagos y la deuda fue asumida por el Ministerio de Guerra.

La Hacienda era de propiedad de don Abraham Domínguez y en aquel entonces estaba ubicada a tres kilómetros del área urbana, era una hacienda típica del Valle del Cauca, con verdes prados, altos árboles, despensas abarrotadas de frutas y granos. Cuenta la historia que cuando el señor Domínguez hizo entrega de su hacienda, trepo en su caballo en el que solía recorrer los potreros con sus vaqueros y traspuso la puerta de salida sin mirar atrás.

Luego de arduos trabajos, se pudo dar apertura a operaciones, el 21 de septiembre de 1933, a lo que inicialmente se denominó “Base Aérea El Guabito”, posteriormente se le llamó Ernesto Samper Mendoza, hasta que finalmente recibió el nombre que actualmente posee: “Marco Fidel Suárez”, como homenaje al presidente que inició la Aviación Militar en Colombia; dando los primeros frutos en 1934, con la graduación de la primera promoción de Oficiales, todo un acontecimiento para la sociedad caleña quien acogió con regocijo a La Base Aérea, a partir de ese momento, Cali se convirtió en el núcleo formativo de la Fuerza Aérea Colombiana.

Considerando los vertiginosos cambios en el ámbito tecnológico y militar, la Escuela Militar de Aviación asumió como directriz institucional la formación del Oficial de la Fuerza Aérea, formación caracterizada por un alto nivel de cultura general unida a una gran habilidad militar, objetivo que sólo podía alcanzarse a través de una adecuada educación.

En ese entonces, durante su incorporación, el Cadete nuevo que ingresaba a la Escuela Militar de Aviación era sometido a varias pruebas. Inicialmente el aspirante debía tener “cartón de bachiller”, estado físico intachable, agilidad mental y por supuesto, vocación militar. Una vez se ingresaba a la Escuela, en cuestión de dos horas el aspirante se transformaba en Cadete, se le cortaba el cabello y utilizaba uniforme kaki, que entonces era el uniforme de los Cadetes de la EMAVI. 

Antes de su instrucción de vuelo, el Cadete recibía una formación militar férrea. En un periodo de doce meses aprendía orden cerrado, orden abierto, manejo del fusil, y recibía instrucción académica de cursos tales como geografía, climatología, geometría, historia, matemáticas, etc. Pasado el periodo de entrenamiento, un Oficial les anunciaba el inicio de una nueva etapa, el paso del fusil al avión.

Luego de la pertinente instrucción, el Cadete subía solo a la cabina del avión, debía saber decolar, sobrevolar la Base y aterrizar sin novedad.

Posteriormente, preocupados por los recientes avances científicos y tecnológicos y convencidos del acelerado desarrollo del ser humano en estos campos, el comando de la Fuerza Aérea y la Escuela Militar de Aviación, establecieron como prioridad la formación profesional de sus cadetes.

Teniendo en cuenta los avances en materia de organización y modernización académica, además de la adquisición de los modernos equipos de vuelo y la llegada de la era jet y los motores de propulsión, la Fuerza Aérea amplió los requisitos que los aspirantes debían cumplir para ingresar en calidad de Cadetes a la Escuela Militar de Aviación.

Para la época había dos maneras de ingresar a la Escuela. El aspirante podía ingresar y terminar de cursar quinto y sexto de bachillerato para luego iniciar la carrera militar y de pilotaje, o podía ingresar como bachiller para iniciar la carrera militar. De una manera u otra, los aspirantes a Oficiales Pilotos de la Fuerza Aérea debían ser bachilleres, tener una inequívoca vocación militar y un espíritu inquieto por el vuelo.

Una vez aceptado en la Escuela, el Cadete recibía instrucción militar e iniciaban cursos de Ingeniería y Economía, que servían de base al Cadete para cimentar su preparación profesional y adquirir un alto nivel cultural. El pensum diseñado para este nuevo Cadete debía conducirlo a la profesionalización de la carrera militar, la formación del piloto y la preparación profesional en las áreas de Ingeniería y Economía.

Con el correr del tiempo, Cali fue creciendo rápidamente, rodeando a la EMAVI hasta quedar enclavada en el corazón de la ciudad, paralelamente se moderniza, adquiriendo diferentes aeronaves de instrucción como la PT-11, PT-17, el poderoso T-6, T-33, T-34 Mentor y el T-41 Mescalero.

Adicionalmente a todos estos cambios, la Escuela abre sus puertas a cursos de Oficiales Administrativos, dando oportunidad a profesionales de diferentes ramas del conocimiento, luego, se da participación a la mujer al abrir el primer curso de mujeres administrativas en los años 70, el primer curso mixto de Cadetes regulares y la posterior graduación de mujeres Oficiales Pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana en el año 2000, jóvenes damas que se han desempeñado en todas las especialidades, escalando los grados militares con las más altas expectativas de proyectarse en el mando.

Es así, como se actualiza el modelo académico, aplicando nuevos procesos y profundizando en la formación militar e intelectual de los futuros Oficiales, quienes actualmente se gradúan en las carreras de Administración Aeronáutica, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Informática y Ciencias Militares Aeronáuticas.

La formación militar y académica constituyó desafíos permanentes para el cadete, desarrollando potencialidades físicas y humanas enmarcadas dentro de un exigente ambiente de disciplina y responsabilidad, que lo hacen partícipe directo de los éxitos alcanzados por la Fuerza Aérea Colombiana.

Desde hace 88 años, y bajo el lema “La Ciencia mi Ruta, mi Meta el Espacio”, la Escuela Militar de Aviación aborda con liderazgo y profesionalismo la formación integral de los futuros Oficiales líderes en el campo militar, profesional y aeronáutico para el desarrollo de operaciones aéreas militares.

La esencia de su Misión es comprender y promover el desarrollo y fortalecimiento de las competencias profesionales, militares, académicas y de vuelo de los Alféreces y Cadetes, buscando la excelencia en los ámbitos académico, militar y aeroespacial.

Para ello, la experiencia de volar está soportada por una instrucción primaria en equipos como el Mescalero T-41 de sencilla tecnología, alta confiabilidad y seguridad y el equipo T-90 Calima, ensamblado en Colombia, que complementan satisfactoriamente la formación en vuelo, con criterios de moderna tecnología aeronáutica para estar a la altura de las principales Fuerzas Aéreas del mundo.

A esta flota de aviones de entrenamiento se suman 04 aeronaves Cessna 172 Skyhawk, incorporados recientemente, para complementar la formación e instrucción que, junto a otras importantes herramientas como el Centro de Excelencia Operacional, medicina de aviación y los principios fundamentales de seguridad aérea e industrial, presentan una Escuela Militar de Aviación confiable, tanto humana como tecnológicamente, responsable y altamente calificada.

A la fecha, el “Alma Máter” ha graduado 94 promociones de Oficiales en las especialidades de pilotaje, navegación, mantenimiento, abastecimientos, comunicaciones, seguridad y defensa de bases, armamento aéreo y defensa aérea; hombres y mujeres que con carácter y entereza han demostrado con honor y orgullo su pertenecía a la Fuerza Aérea Colombiana

La Escuela ha vivido un periodo de crecimiento constante, todo un proceso de transformación, que pasa desde las instalaciones, equipos de vuelo, pénsum académico y del talento humano que ha tenido que incorporarse a nuevas tecnologías, a un mundo siempre cambiante que avanza a velocidades extremas, ha sido una Institución que por años ha formado hombres y mujeres de bien, en función del desarrollo y la seguridad nacional, siempre a la vanguardia de la aviación, la educación y del mejoramiento continuo, que trabaja constantemente en la búsqueda del cumplimiento de la misión: Volar, Entrenar y Combatir para Vencer, en el aire, el espacio y el ciberespacio, siendo una Fuerza innovadora, polivalente, interoperable, líder y preferente regional.

En estos 88 años de funcionamiento, la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez ha venido progresando paulatinamente en experiencia, conocimiento y profesionalización, afrontando los cambios que imponen los avances tecnológicos y los modelos educativos en el mundo, para estar a la vanguardia de la educación y la formación de Pilotos Militares de la Fuerza Aérea Colombiana, razón de ser de la Institución.

La Escuela Militar ha pasado de surcar los cielos del Valle del Cauca y Colombia, a trascender en busca del Espacio y el Ciberespacio, con el lanzamiento del nano satélite Fat Sat 1 y otros proyectos para los cuales se construye actualmente una edificación con las condiciones necesarias y óptimas para garantizar los trabajos de investigación, ciencia y tecnología.

Hoy todos los miembros del Alma Máter de la oficialidad, representan a una generación llena de virtud, de entusiasmo, de inteligencia, cuyo espíritu inquieto mira al mundo más allá de las fronteras de la Patria, porque es una generación con visión universal.

Recuerden, que cada vez que una aeronave de su Fuerza Aérea Colombiana, vigilante y sigilosa cruza el espacio aéreo, es uno de nuestros pilotos formados y entrenados en la única y mejor Escuela Militar de Aviación, orgullo patrio y de la región. 

Autor
Comunicaciones Estratégicas EMAVI

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